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VAMPIRISMO

lunes, 9 de noviembre de 2009

Aunque a veces puede parecer que fue Bram Stoker, con Drácula, el creador del vampirismo y del mito del vampiro, los origenes de esta criatura se remontan a tiempos inmemoriales..


Los vampiros han existido, existen y existirán... mientras la humanidad exista. Ocultos en la noche y protegidos por el miedo humano a su propia existencia, han sobrevivido entre nosotros, generación tras generación...
Pero a pesar de todo han estado siempre presentes en el folclore, en la literatura, el cine... o simplemente en las leyendas y supersticiones de las diferentes culturas a lo largo de la Historia.



Mezcla de atracción y miedo, la figura del vampiro, ejerce un magnetismo especial en cualquier persona.Desde la Antigüedad existen historias de personas que después de su muerte regresan al mundo de los vivos en forma de vampiro para aterrorizar a sus conocidos -y muchas veces a sus familiares-.



Existen documentos escritos que prueban la ocurrencia de estos sucesos y de otros similares. Sin embargo fue gracias a la literatura de ficción -con grandes clásicos como Drácula- como alcanzó mayor difusión el vampirismo y muchos de los mitos asociados frecuentemente al mismo y a los vampiros -desde una visión más "romántica"-... Y, en general, protegidos por el miedo racional a su existencia, siempre entre las sombras, se han mezclado realidad y ficción para crear el mito del vampiro... 
La creencia en vampiros, demonios y otros seres de la oscuridad se remonta tiempos tan antiguos como los orígenes mismos de la humanidad. Desde entonces, a lo largo de los siglos, cualquier humano de cualquier cultura ha podido experimentar el miedo-atracción a los vampiros con la misma facilidad que aún hoy cualquiera podría...

Por supuesto esto hace que a lo largo de toda la historia se acumulen escritos, relatos, leyendas, supersticiones, etc... que hacen directamente referencia al tema del vampirismo y a la existencia de vampiros, así como al temor desencadenado por estos seres nocturnos siempre misteriosos.
Sin embargo, entre esta gran proliferación de documentos y textos escritos que de algún modo aluden al vampirismo, es difícil, a veces, separar aquello que puede tener una base real de aquello otro que es contenido puramente "literario" (ficción, fantasía... sin más).
Debido a esto, al margen de la existencia de muchas otros documentos y "pruebas" que podrían ser incluidos en esta sección, hemos querido prestar especial atención a dos autores, presentando brevemente algunos de sus escritos, por la especial relevancia que en su tiempo pudieron tener tanto sus opiniones como los propios personajes. Se trata, por un lado, del filósofo Voltaire -personaje cuya racionalidad y prestigio no puede ser puesto en duda en modo alguno- y por otra parte, acercándonos a un punto de vista más religioso, el padre Agustín Calmet -gran erudito y estudioso que, en su tiempo, dedicó gran parte de su vida al estudio de temas como el vampirismo y las apariciones, publicando al respecto extensos volúmenes con todos los detalles de sus estudios y conclusiones-.
¿Es posible que haya vampiros en el siglo XVIII, después del reinado de Locke, de
Saftersbury, de Trenchard y de Collins? ¿Y en el reinado de d'Alembert, de Diderot, de Saint
Lambert y de Duclós se cree en la existencia de los vampiros, y el reverendo benedictino dom
Agustín Calmet imprimió y reimprimió la historia de los vampiros con la aprobación de la
Sorbona?


Los vampiros eran muertos que salían por la noche del cementerio para chupar la sangre a los
vivos, ya en la garganta, ya en el vientre, y que después de chuparla se volvían al cementerio y
se encerraban en sus fosas.



Los vivos a quienes los vampiros chupaban la sangre, se quedaban
pálidos y se iban consumiendo; y los muertos que la habían chupado engordaban, les salían los
colores y estaban completamente apetitosos. En Polonia, en Hungría, en Silesia, en Moravia,
en Austria y en Lorena, eran los países donde los muertos practicaban esa operación. Nadie oía
hablar de vampiros en Londres ni en París. Confieso que en esas dos ciudades hubo agiotistas,
mercaderes, gentes de negocios que chuparon a la luz del día la sangre del pueblo; pero no
estaban muertos, sino corrompidos. Esos verdaderos chupones no vivían en los cementerios,
sino en magníficos palacios.



Casi siempre tratamos, por lo tanto, de buscar los orígenes del vampirismo o de los vampiros en la literatura y tal vez no vamos mal encaminados, pero no debamos limitarnos a las obras fantásticas que están inspiradas en ellos.
Los egipcios, los chinos, los babilonios, los griegos o los romanos, entre otras muchas civilizaciones, hablaban ya hace mucho tiempo de criaturas y monstruos que chupaban la sangre.
La palabra vampiro tiene traducción idéntica en multitud de países: vampyr en Serbia, pamgri en Hungría, danag en Filipinas, kosac en croata, upir en ruso y muchísimas más.
El origen etimológico de la palabra "vampiro" es eslavo ( "vampir") y su significado sería algo a medias entre un ser volador, bebedor-succionador de sangre y lobo.
Posteriormente, a través del alemán, el término pasaría al húngaro, aunque no parece introducirse en las lenguas de la Europa Occidental hasta 1730, a causa de un misterioso episodio de histeria colectiva desatado precisamente en Hungría.


2 comentarios:

El Susurrador dijo...

Efectivamente, el folclore antiguo dista mucho de la imagen actual que se ofrece de los vampiros a través del cine y la literatura.

De todos modos, y siendo realistas, quien no quiso ser vampiro alguna vez en su vida? La inmortalidad nos atrae a pesar de los riesgos que ello pueda conllevar.

Un gran trabajo sobre vampirismo. Felicidades.

Un abrazo.

Greenmen dijo...

Me encanta el misterio que hay sobre éste tema y su historia.
Gracias por tu tiempo amigo.
un fuerte abrazo!

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